Salen de la trastienda en la cual esperan como en una concentración ritual y van en fila india hacia el podio. Los instrumentos
Esperan en el escenario, el único que lleva su viento es Martín, lo demás está en su puesto desde temprano.
Llegan entre el griterío de la pendejada que histeriquea a sus ídolos, ignotos para la mayoría de la población. Mucha piba stone y mucha baranda a tradición Jamaica; parejitas de la mano con mochilas al hombro, camisetas de los Gardelitos y de Callejeros. La oscuridad domina el lugar que antes era de los tubos violetas que hacen que lo blanco sea estelar.
Ya van a arrancar. El grupo que aguanta algún pogo al centro del Beto copa la parada entrando como potro en doma. Empieza el grito: “¡Vamos los Pérez la puta que los parió!”.
Suena Perro salado.
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