viernes, 16 de enero de 2009

CIENTO TREINTA Y CUATRO

Todo lo que sigue a continuación son títulos descartados para una novela nunca empezada. Gracias a Dios.
La ruina tiene cara de mujer. La mansión de la desgracia. El último castillo en pie. Estación desdicha. La parada de los bárbaros. Mi duelo con la vida. El cuarto menguante. Violación del contrato social. La reunión de los peores. La última parada antes del final. Plaza desilusión. El jardín de los lamentos.
Si usted, lector, es a su vez aficionado a la escritura, como yo, acá le dejo una bella lista para iniciar su paupérrima obra.
Yo no me atreví a encarar esos títulos. A nada bueno me podían llevar.
Quizá usted sea una persona optimista.

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