martes, 27 de noviembre de 2012
TRESCIENTOS SESENTA
Hay un túnel celeste entre tus recuerdos.
Y tus labios vienen de regreso
por entre paredes de rojo y marrón.
A través de amarillos muros de prolijidad y esfuerzo
atropella tu sonrisa mi tarde a punto de desfallecer.
Cuando el día empieza a doler
el obrero quiere ser amante.
Eso lo salvará.
Y la lucha.
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