lunes, 10 de septiembre de 2012
TRESCIENTOS CINCUENTA Y NUEVE
Clapton es Dios,
decían los muros londinenses.
Queremos de nuevo al Señor en nuestras vidas,
y sobre todo en nuestras manos y cristales.
Hablamos del viejo Clapton,
la versión original,
el que juraba que todo estaría bien.
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