domingo, 16 de mayo de 2010

DOSCIENTOS SESENTA Y DOS

Días y días de un cielo encapotado, invernal, que suelta su furia fría e inaugural. El trabajo se esmera en ser todo lo mísero que puede ser, y su gente lo atraviesa cortándole el cuello a los demás.
Los diarios mienten una realidad tras otra, la realidad corroe al más optimista y la televisión descarga su caja de basura diaria e indiferente; hace oídos sordos a la cultura y la educación cívica y moral del pueblo.
Los basureros se pelean por las sobras con los desposeídos de cada amanecer, y vos te vas convirtiendo, lentamente, en un cofre que guarda la alegría como el botín de Eldorado.
Tenés que hacer algo. Tengo que hacer algo. Hacemos.
También sabemos que no te queda otra que pasarla bien.

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