miércoles, 16 de junio de 2010
DOSCIENTOS OCHENTA Y UNO
"Quítate, que me estás tapando el sol".
Dijo el filósofo enmohecido al todopoderoso rey.
Eso era lo único que podía hacer por él.
Entre allá y aquí han pasado tragedias humanas,
victorias del ser,
desdichas, virtudes,
devenires.
Ha pasado la historia.
La escena es igual, y no es culpa mía.
Yo tengo que decir casi lo mismo a otro omnipotente estandarte avasallante.
Quítate que me estás tapando el Dios
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