domingo, 4 de julio de 2010
DOSCIENTOS OCHENTA Y SIETE
Vía Crucis.
Un grupo de lamentos sin sonido avanza firme, decidido,
sin chance de esquivar su camino.
Se me abre un hueco en el alma y por él miro la vida.
En el escenario de la modernidad,
el retrato de históricos mandatos se enquista sin piedad.
El mundo nuestro es hijo de aquél mundo anterior.
Quizá el destino no sea tan trágico,
quizá no haya una lanza en su final,
pero también es posible que la redención falte a la cita.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario