viernes, 23 de julio de 2010
DOSCIENTOS NOVENTA Y DOS
Lo siento General, lo hemos arruinado todo.
Nuestra desidia ha devorado sus mejores intenciones:
la idea y la lucha.
La preparación en los donativos para la campaña,
el cielo y el mar del corazón de Manuel Belgrano,
los acordes de Blas y el mensaje de Vicente,
la sangre del Sargento esparcida por la tierra olvidada,
la muerte del gaucho norteño declamando la prosecución de la resistencia,
el cuerpo de Mariano Moreno en el fondo del mar.
Aquellas batallas perdidas para ganar la del futuro,
todos los gestos extremos de unos hombres gigantes en el pensamiento y en la acción.
Lo siento Don José, le hemos fallado.
Entre aquel 25 de mayo de 1810 y éste glamoroso bicentenario,
la distancia es una fosa de Mindanao en el océano de la patria.
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