En el amor no va eso del plan, del cálculo, de la medida consciente. Hay que cruzar la autopista con los ojos cerrados, y listo. Otra opción es el patetismo de los tiempos modernos que corren; van a toda marcha hacia un futuro no muy alentador además.
Cien veces llegué a mitad de la calle y me arrollaron sin piedad. Seguiré con mi travesía hasta que se me agote la paciencia en el amor.
Espero que nunca.
lunes, 9 de marzo de 2009
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